25 de Abril 2004

El sabio

Había una vez un niño que creyó ser mayor, se portaba como si fuera un adulto, despreciaba muchos dibujos por infantiles, no reía con los otros niños porque creía que los mayores no debían reirse de cosas tan pueriles. Los mayores lo admiraban por su compostura, por su saber estar, por su inteligencia, por su labia y él se enorgucellía de su éxito y de la admiración que despertaba. Atesoraba conocimientos, devoraba libros, asistía a óperas y pronto comenzó a ser reconocido internacionalmente como un prodigio de la humanidad, un nuevo Miguel Ángel en potencia. Su fama en auge sólo se podía comparar con su malestar interior. No alcanzaba a comprenderlo, conocía de memoria los libros sagrados de la mayoría de religiones del planeta, había estudiado a todos los filósofos occidentales e incluso a los 12 años escribió su primera tesis sobre el sentido de lo correcto. Agasajado allá donde iba, siempre rodeado de un enjambre de sirvientes y admiradores, recorrió medio mundo. Los grandes mandatarios del mundo le consultaban en cuestiones de máxima importancia y antes de cumplir los 20 ya era considerado el hombre más influyente del mundo. Mientras se encontraba de viaje por las pirámides de Egipto un grupo de intelectuales se acercaron a él y empezaron a asediarlo con preguntas. Siempre paciente y atento dijo que debido al poco tiempo del que disponía respondería a sólo una pregunta. Los intelectuales empezaron un coloquio para decidir qué preguntarle que fue subiendo de tono hasta degenerar en una algarabía, el sabio esperaba paciente sentado a los pies de la mayor de las pirámides cuando un niño moreno, sucio y harapiento comenzó a andar hacia él llevando algo escondido a la espalda. Los sirvientes se interpusieron en su camino pero el sabio dijo que dejasen que se le acercase. El niño trotó despreocupado hacia el sabio que lo contemplaba sonriente, cuando llegó junto a él le dijo: "¿has dicho que responderías a una pregunta, no?" y arrugó la nariz, "sí, eso he dicho" repuso el sabio y acto seguido el niño sacó lo que llevaba escondido a la espalda, una mugrienta pelota hecha con trapos sucios y sonriendo le dijo: "¿quieres jugar?". El sabio jugó con el niño ante la mirada atónita de los intelectuales y cuando el niño se hubo marchado satisfecho por el juego el sabio comenzó a subir la pirámide, todo el mundo lo siguió esperando alguna revelación importante cuando llegase a la cumbre. El sabio subía muy rápido y muchos empezaron a quedarse rezagados e incluso tiraron la toalla. Tras una larga caminata que muy pocos pudieron soportar cuando llegó a lo más alto miró al horizonte y vio un puntito en la lejanía, era el niño. Dirigió una fugaz mirada a quienes le habían acompañado y despegó sus labios resecos por el esfuerzo y el calor y dijo: "Por fin he comprendido" y ante la mirada incrédula de los parroquianos saltó al vacío para chocar unos pocos metros más abajo con la dura piedra de la pirámide y caer rodando hasta abajo. Vieron cómo su cuerpo iba dando tumbos y recibía golpes contra la dura piedra. Cuando finalmente llegó al suelo algunos se acercaron al cuerpo sin vida del que había sido considerado el mayor genio de la humanidad y aseguraron que en su cara deformada por los golpes y cubierta de sangre podía verse una amplia sonrisa de satisfacción.

egipcio.jpg

De pequeño me enseñaron a querer ser mayor
De mayor voy a aprender a ser pequeño...

Enrique Búnbury.

Escrito por VZK a las 25 de Abril 2004 a las 11:36 PM
Comentarios

Con la inocencia tan graciosa,
que cambia el nombre de las cosas,
con ese brillo que te quita el frío,
cuando las noches son lluviosas.

Volver a ser un niño volver a ser un niño,
volver a ser un niño, volver a ser un niño

Escrito por wall57 a las 26 de Abril 2004 a las 12:14 AM

Vaya, no conocía esa canción de Los Secretos. Gracias por pasarte por aquí, estás invitada a hacerlo siempre que quieras, bienvenida.

Un beso.

Escrito por vzk a las 26 de Abril 2004 a las 02:45 AM

Me ha gustado mucho, aunque el final es un poco triste...nunca hay que olvidar sentirse como un niño...un besazo

Escrito por Lucia a las 29 de Abril 2004 a las 06:41 PM

¿Triste el final? Para mí es lo más alegre, es la redención, aunque tardía, del personaje. Yo no lo veo triste; cruel, duro, tal vez, pero la vida es así.

Escrito por vzk a las 7 de Mayo 2004 a las 12:23 PM
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